Diseño de interiores decrecentista.

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Una ciudad como Barcelona ofrece la posibilidad de llenar todo un hogar sin comprar prácticamente nada nuevo. A partir de mercados de segunda mano y los días de "trastos" programados por el ayuntamiento se hace posible esta filosofía ecologista.

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En las viviendas decoradas de este modo no hay nada que sus usuarios no utilicen realmente. Son prácticas, luminosas y cómodas. Se evitan los materiales plásticos y se usan pocos metales, siendo más frecuentes las maderas nobles, tejidos y cristales, que proporcionan a la vivienda una calidez orgánica muy acogedora.

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Método personal y de presupuestos mínimos, hace que cada vivienda sea única e irrepetible, reflejo inequívoco de sus habitantes.

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Apartamento en Poble Sec, 50m2

Barcelona

2014

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